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La fuente vieja.
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Este paisaje me parece muy
bonito, dice Candela.
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Hay un río, un camino y al
fondo la fuente, confirma Jorge.
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Los árboles quedan muy guapos
con varios matices de verde.
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Este era el lugar en el que
jugábamos de pequeños.
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Y ¿salíais de las calles del
pueblo?
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Está muy cerca del barrio
donde yo nací. Nuestros padres nos mandaban a recoger agua con botijos porque
no había agua corriente en las casas.
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¿Bebíais de esta fuente?
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Sí. Todos los días, después de
salir de la escuela y antes de comer, bajábamos a por agua.
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¡Hala!
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Para nosotros era como un
juego. Nos íbamos escondiendo entre las plantas de las huertas. Había muchos
hombres trabajando en sus fincas. Una de las cosas que más nos gustaba, en
verano, era coger moras.