Nº 438.

Cuadro del confinamiento. Menos banderas, más personas

Nº 67

- Es una casa vieja.

- Paseando por el pueblo me fijé en esta fachada en la que, a través de la puerta, se ve el patio interior con unas macetas.

- Y un reguero de agua.

- Es la casa de unas tías y siempre estaba abierto el patio.

- Hay una jaula con un pajarito.

- Me gusta la luz que proyecta el sol en las dos puertas.

- La pared blanca está pintada con cal.

- Así lo hacían los antiguos.

- Pues está bien…

Nº 66

- ¿Qué hace un caballo saltando por encima de las señoras?

- Digamos que éste es un cuadro surrealista. Está basado en un sueño.

- Explícanoslo.

- La escena de las señoras sentadas en sus sillas y bordando labores de Lagartera la vemos muy a menudo en los días de verano. La portalada tiene también su aspecto real.

- ¿Y el caballo?

- Sucedió que en unas vacaciones fuimos a hacer equitación, o sea montar a caballo. Y por razones desconocidas el caballo se desbocó y lala cayó al suelo. A raíz de ese percance ella soñaba a menudo que montaba a caballo y éste la tiraba. Como, por otra parte, ella es muy aficcionada a los trabajos de costura lagarteranos, a mí se me ocurrió juntarlos y salió esa imagen, mezcla de las dos actividades.

- Pues así explicado, entiendo algo.

- Pero ese caballo parece que va a volar, dice Jorge.

Nº 65

- Candela ¿te gusta este cuadro?

- Sí, es mamá y la tía Clara.

- ¡Qué bonitos los perritos!

- Son dos samoyedos que tuvo Oyuki, nuestra mascota.

- Parecen de peluche.

- Eran como dos muñecos, muy graciosos y juguetones.

- Están en el patio trasero de tu casa.

- Teníamos una caseta donde vivían los animales, pero había que sacarlos todos los días a dar una vuelta por el parque.

- Los animales son seres vivos y hay que cuidarlos y tratarlos como tal.

- Me gusta el ambiente de las macetas, la pared de ladrillos y el césped. Está muy conseguidos.

- Bueno, pues tú también lo irás consiguiendo.
- ¿Por qué lo llamas "Inseparables"?
- Por dos razones. Cris y Clara siempre estaban jugando con los perritos y entre ellas siempre había un trato especial, aunque fuera discutiendo. Y eso que la que más cuidaba de ellos y los sacaba todos los días era Carol.
- ¡Vaya!

Nº 63 y 64

- Otra vez mamá y la tía.

- Se parece a Candela.

- O más bien es Candela la que se parece a ella.

- Y la tía se parece a Lorena.

- ¡Cuántas veces las pintaste!

- Pues sí.

Nº 62

- Son la tía y mamá delante de un paisaje del pueblo.

- Es un dibujo hecho con óleo sobre tabla. Y también es de los realizados en las vacaciones de verano.

- El cielo no está pintado.

- Más bien está hecho sin grandes pretensiones. Sólo manchando un poco la madera.

- Yo creo que tiene casi cuarenta años.

- Puede ser. Y si no, poco le falta.

- ¿No se borra?

- El óleo es una pintura permanente. Una vez seco puede durar años… y siglos.

- Vale.

Nº 61

- ¡¡Es nuestra casa!!

- Sí, nuestra casa del pueblo.

- ¿Cuándo lo has pintado?

- Hace muuuchos años. Como otros que ya os he enseñado los pintaba en el verano, cuando íbamos de vacaciones.

- ¿Hacías una foto y luego lo pintabas?

- No, porque entonces las máquinas fotográficas tenían carrete. Tomabas la foto y cuando el carrete (de 24 ó 36 fotos) se acababa había que llevarlo a una tienda a revelar y hacer las copias. Eso ha evolucionado muchísimo en pocos años.

- Y ¿no podías ver las fotos en el teléfono?

- Se podía tardar semanas o incluso meses en ver lo que habías fotografiado. De entrada sólo había teléfonos fijos en las casas. Nadie llevaba uno en el bolsillo. Por eso yo ponía el caballete delante de la casa y pintaba lo que veía. En este caso toda la calle que sube hasta el centro del pueblo.

Candela se queda pensativa. A Jorge le da igual.

- (¡¡Cómo podríais vivir sin teléfono!!)

Nº 60

- Se parece a Paula. 
- Pues es su madre.
- ¿Llevaba un sombrero muy bonito?
- Fue en unas fiestas. Organizaron un concurso de pintura rápida.
- Está pintando.
- Nos presentamos los dos. Ella me dibujó a mí y yo la pinté a ella.
- Seguro que ganaste.
- Hubo muchos niños, pero mayores sólo éramos dos o tres.
- Pero ¿te dieron premio?
- Sí. Una caja de pinturas al óleo.
- ¡Qué bien!

Nº 59

- Se parece a tí.
- Eso dice la gente.
- ¿Por qué está tan seria?
- Era muy graciosa de pequeña y contaba chistes. Estaría cansada.
- Sí que era guapa.
- Y lo es. Casi no ha cambiado la cara.
- Me gusta el dibujo, aunque parece que no está acabado.
- Es un apunte del natural. Como el de tu madre, mezclando lápices de colores.
- A ver cuándo me haces uno a mí.
- Ya veré.

Nº 58

- Yo creo que es mi madre.
- Vivíamos en un piso pequeño y no tenía espacio para pintar al óleo.
- ¿Y la mancha roja de la mejilla?
- Ella tenía una carita muy sonrosada.
- Está hecho con lápices de colores.
- Es una forma de practicar el dibujo, buscar el parecido y hallar la expresión del momento.
- Y mi madre ¿estaba quieta mucho tiempo?
- No. Ella jugaba con su hermana y yo intentaba captar los rasgos más precisos.
- ¿También dibujaste a la tía?
- Otro día pondré el dibujo de ella.
- Vale.

Nº 57

 

- Esta es la habitación de arriba.
- Desde esta ventana se ve la calle y al fondo la sierra.
- Y el que se refleja en los cristales ¡eres tú! ¡Qué interesante!
- En está casa solíamos pasar los veranos. Se llama "la llaná". Ahí tenía yo mi estudio de pintura.
- ¿Pintabas muchos cuadros?
- No. En verano hace mucho calor y no se dan las circunstancias adecuadas. Pero alguno sí que pinté. Entre ellos éste que es un autorretrato en los cristales de la ventana.
- ¡Muy curioso!

Nº 56

- ¡Qué negro tienes el pelo!
- Los años no pasan en balde.
- Me gusta, pero es muy clásico.
- Tenía una fotografía bonita, y en ella me basé.
- ¿Por qué lo haces tan oscuro y el fondo negro?
- Como tú dices, es una forma clásica de hacer retratos. Y aquí me dejé llevar.
- La próxima vez haces un autorretrato más moderno.
- Lo intentaré.

Nº 55

- Azul. Acuarela
- ¿Por qué lo llamas azul?
- Porque es el color predominante. Y además, azul me sugiere algo infinito, el mar, el cielo...
- ¿Qué es infinito?
- Que no tiene fin. No acaba nunca. Se sale de los límites del cuadro. ¿No te pasa a tí eso?
- No.
- Los artistas somos un poco raros...

Nº 54

- Esto es el Moncayo.
- Pues no se parece. El Moncayo es muy plano en la cumbre.
- Estas son unas montañas que están en las estribaciones del Moncayo y se llaman las Peñas de Herrera.
- ¿Y el pueblo?
- Se llama Talamantes. Me acuerdo que ese día hicimos una excursión para conocer el pueblo y paramos a la entrada, en la carretera. Allí planté el caballete y surgió ese cuadrito.

Nº 53

- Otro de los cuadros de la época de desnudos. Por aquel entonces yo iba a clase de figura del natural en el círculo de Bellas Artes de Madrid.

- Esta parece que está en un barco.

- Es una interpretación de fotografías de una revista. Pero es mejor pintar con el modelo delante. Siempre me acuerdo de lo mucho que se quejaba Vincent van Gogh, a su hermano Teo, cuando estaba recluido en el sanatorio de Arlés, de no poder pagar modelos para pintar.

- ¡Y con lo que valen ahora sus cuadros…!

- Es cuestión de paciencia…

Nº 52

- No me gusta.

- ¿Es una modelo?

- Es una pintura hecha sobre fotografías y apuntes.

- ¿Te gusta a tí?

- Yo quería trabajar el cuerpo humano, las formas, las luces, las sombras. Pero me cansé y así se quedó.

- Abajo a la izquierda está roto.

- Es uno de los cuadros que permaneció muchos años en el desván y cuando quise recuperarlo, el lienzo tenía una rotura. Con una cuerda y una aguja grande hice ese remiendo que me resultaba curioso. Imitando a un pintor que se llama Millares y que utiliza hilos y cuerdas en sus cuadros.

Nº 51

- Eso lo hago yo, dice Jorge.

- Pero copiándolo, responde Candela.

- Es un Cristo amarillo.

- Me fijé un poco en un cuadro del pintor Paul Gauguin que hizo y así lo tituló “Cristo amarillo”.

- Pero tú le has quitado el paño.

- Eso lo llaman el “manto de pureza” que es un invento de la Iglesia Católica por pudor, para apartar la idea corpórea y carnal de Jesús y elevar su contenido espiritual. Pero la verdad puede ser otra. Yo creo que Cristo fue crucificado desnudo.

Nº 50

- ¿Esto qué es? ¿Una guerra?

- Es de los cuadros que podríamos llamar de crítica social. Siempre que en los medios de comunicación aparece alguna noticia de guerras o de injusticias me surge alguna imagen para denunciar los hechos.

- Y aquí ¿qué quisiste representar?

- La guerra de Afganistán, que sucedió más o menos en 1979. Y lo que más llamaba la atención, el sufrimiento de los más indefensos, niños, mujeres y ancianos.

- ¿Por qué hacen eso?

- Yo no lo sé, pero clama al cielo que las grandes naciones como Estados Unidos y Rusia estuvieran detrás del conflicto.

- ¡Siempre los mismos!

Nº 49

-¿Cómo era mi bisabuela?

- Ya que me lo preguntas, Candela, te enseño este cuadro que pinté de la yaya Pascuala. Como había pintado al yayo tenía que hacer otro de la pareja. Pero éste lo hice de una fotografía, pues ella ya había fallecido. Elegí una foto en la que está con peineta española, mantilla y collar pues era muy elegante. Acababa de representar una función de teatro.

-¿Era actriz?

- Era aficcionada. Le gustaba mucho el teatro y siempre que preparaban alguna obra en Novallas, ella colaboraba interpretando algún personaje aunque fuera pequeño.

- En el cuadro está un poco triste.

- Ya estaba enferma. Además no es lo mismo pintar de una fotografía que del natural. La expresión se capta mejor del natural. Ahora los dos cuadros presiden la bodega que fue su taller de cestería.

Nº 48

- ¡Qué boina más grande!

- El yayo Jesús, tu otro bisabuelo llevaba una boina vasca, de ala ancha.

- ¿Lo dibujaste también poniéndote delante de él?

- Yo solía ir algún fin de semana a verle y le costaba bastante andar. Una tarde lluviosa de domingo, que no sabíamos qué hacer, puse el caballete delante de donde él estaba sentado y comencé a manchar con el pincel. Casi sin darme cuenta iba surgiendo la figura, el parecido, la expresión. Antes de irme pensé: “el próximo fin de semana lo acabaré”. Han pasado cerca de cuarenta años y nunca más lo retoqué. El caso es que no me desagrada el aspecto que tiene, por lo que así se va a quedar.

Nº 47

- Este es el abuelo Goyo, vuestro bisabuelo.

- Está leyendo el periódico.

- Le gustaba mucho leer y saber qué pasaba en España y en el mundo.

- ¿Se quedaba quieto delante de ti?

- Sí. En este caso estuvo una mañana entera conmigo. Yo le miraba de vez en cuando y él a mí. Se ponía muy serio como si estuviéramos haciendo algo importante para la posteridad.

- Pues ya hace muchos años ¿no?

- Y la pintura sigue intacta. Esperemos que por mucho tiempo.

Nº 46

- En unas vacaciones en Novallas, cuando tu madre tenía 5 ó 6 años, solíamos ir de paseo a la fuente vieja. Siempre nos acompañaba José Enrique que tendría unos doce o trece años.

- Y el payaso ¿es él?

- No. Lo que pasa es que en su habitación no había ningún cuadro y cuando le pregunté que qué quería que le pintara, me dijo: ¡un payaso! Y allí me ves a mí haciendo lo que le gustaba a mi sobrino.

- ¡Pues qué bien! Y ¿en quién te fijaste?

- En nadie. Fue una inspiración fugaz, intuitiva. Y tal como lo pensé lo hice.

- Resulta bonito para decorar una habitación infantil. Aunque a Candela le gusta más She-Ra.

- Los tiempos cambian y hay que actualizarse.

Nº 45

- El Ebro en la mejana de Tudela.

Nº 44

 - Este cuadro está en mi casa.

- Y ¿qué opinas de él?

- Es una calle de Novallas. Saliendo ya del pueblo y bajando a “La Rambla”. Creo que se llama Las Espeñas, ¿no?

- Sí. Y me gustaría saber el significado de la palabra “espeñas”. He consultado varias fuentes y aparecen muchos pueblos que tienen calles que se llaman así, pero en ningún sitio dice el significado de esa palabra. A ver si alguien lee esto y nos lo puede contar.

Nº 43

- A mí me hiciste un dibujo llevando a Jorge, me dice Candela.

- Este es de la serie “Novallas”. En aragonés se dice “llevar a corderetas”. Hice varios cuadros sobre juegos de niños. Uno de ellos era éste. ¿Qué te parece?

- Pues el color me gusta, pero no me gustan dos cosas.

- A ver.

- Al niño que va arriba casi no se le ve la cara. Y el fondo son todo “farrachuchos”.

- Pues sí. Acepto tu crítica.

Nº 42

- ¿Sabes que yo trabajaba en un estudio de diseño gráfico?

- Sí.

- Para hacer las maquetas y recortar papeles teníamos un pliego de cartón compacto muy resistente. A pesar de eso estaba marcado por la cantidad de cortes que había hecho sobre él. Y se me ocurrió pintar encima. Este es el resultado.

- Me gustan los reflejos en el agua.

- Lo presenté en una exposición y me lo compraron.

- Menos mal que tienes la fotografía.

- Sí, porque sólo conservo unas quinientas fotos de los mil quinientos cuadros que calculo que habré pintado.