martes, 9 de julio de 2019

Nº 0


Muchas tardes, al salir del colegio, Candela y Jorge vienen a casa. Para entretenerlos les pongo en una mesa, una lámina para cada uno y que pinten lo que quieran. Yo controlo los pinceles y les voy indicando cómo tienen que hacerlo para que sea lo más limpio y artístico posible. A Jorge le ha dado por dibujar a lápiz, cosa que no me gusta, pues es mejor que comiencen ya a usar los pinceles y las acuarelas desde el principio. Ha dibujado algo que se parece a un ojo. De hecho ha escrito debajo la palabra OJO. Cuando se ha ido y me ha dejado el dibujo en mi escritorio he tratado de analizarlo y ver los detalles que él ha intentado dibujar. Me ha parecido tan interesante y tan curioso que, ni corto ni perezoso, he cogido las pinturas y me he dispuesto a colorear lo que él ha dibujado. Esto que veis es lo que he pintado. No es nada del otro mundo pero a mi entender ha quedado bonito y agradable a la vista. Un dibujo sencillo, infantil, con unos colores llamativos.
Pero ¿qué ha pasado? Al día siguiente, Jorge ha vuelto a casa a la misma hora. Y en mi escritorio estaba el dibujo que él había hecho, y coloreado por mí. De momento se ha que dado mirándolo. Poco después me dice:
- Ese dibujo lo he hecho yo.
- Claro. Es el que dibujaste ayer.
- Pero esos colores están mal. Esos colores no son.
- Bueno, yo he intentado colorearlo pensando que te gustaría.
- ¡Nooo! ¡Eso está mal! Esos colores no son. ¡Quítalos!
- Pero ya no se puede.
- Me da igual. Ese era mi dibujo y ahora está mal. Fuera. No me gusta. Devuélveme mi dibujo.
Menudo problema. Y ¿qué hago ahora?
- Dámelo.
Ha cogido el dibujo, lo ha arrugado, lo ha comenzado a romper, ha tirado los trocitos por el suelo. Y él mismo ha empezado a gritar, se ha vuelto histérico y no ha parado hasta que ha destrozado totalmente el dibujo.

¿Qué pasa por la cabeza de un niño?
¿Queremos enmendarles la plana?
¿Saben ellos lo que hacen?


Esto es un misterio. Mejor dejemos las cosas como están.

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