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Es el padre Damián.
-
¿Y las chicas que están delante?
-
Son un grupo de leprosas de Molokai.
-
¿Eh?
- A
finales del siglo XIX la lepra era una enfermedad contagiosa e incurable. A los
enfermos se les confinaba en lugares apartados para que no tuvieran contacto
con nadie.
-
¿El cura era leproso?
-
No. Él era un misionero que se enteró de que en una isla del Pacífico, llamada
Molokai, había muchos de estos enfermos y quiso ir a ayudarles, aún a riesgo de
contraer la enfermedad. Después de muchos años trabajando con ellos también
cayó enfermo y murió allí.
- ¡Qué
héroe! ¿Por qué pintaste ese cuadro?
-
Porque la historia de este misionero me conmovió y quise recordarlo de esta
manera. Está basado en una foto de la época en blanco y negro. Yo imaginé el
color.
-
Pues vale…
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