Candela, Jorge, os voy a contar la historia de este cuadro inspirado en el gran Goya y en una noticia que leí
en la prensa: "Durante la guerra de Afganistán un pastor cuidaba sus
ovejas ausente de los bombazos que se estaban dando entre talibanes y
americanos. A pocos metros de su bucólica situación un soldado americano fue
herido en la pierna y caminaba sin rumbo esperando alguna ayuda. De pronto oyó
algún ruido de un pastor y se
encontraron de frente, ambos totalmente alterados. Se supone que el americano
sacó su arma e intentó reducirle. Se supone también que el afgano intentó darle
explicaciones de que él no pertenecía a guerra alguna y que estaba cuidando sus
ovejas tranquilamente. Cuando, pasado el susto, lograron entenderse, el pastor
observó la herida del soldado y ni corto ni perezoso le llevó hasta su casa
donde le curó y le dió cobijo hasta que cicatrizara la herida. Mientras tanto,
en el pueblo se habían enterado de que el buen pastor tenía a su cuidado a un
soldado americano. Los jefes del lugar, talibanes, le conminaron a que lo
entregará para juzgarle y, evidentemente, matarlo. Según sus leyes, nadie puede
entrar en una vivienda si su propietario no le permite. Por tanto, nadie
violentó su casa para robar al americano. Al cabo de un mes, una vez totalmente
curado y sin que nadie lo viera, el pastor acompañó al soldado hasta dejarle en
una situación cercana a las tropas americanas. Una vez libre se supone que cada
uno continuó con su trabajo".
Esta historia me recordó el cuadro de Goya e intenté emularlo. Y mientras tanto los señores de la guerra tan tranquilos en sus mansiones.
Esta historia me recordó el cuadro de Goya e intenté emularlo. Y mientras tanto los señores de la guerra tan tranquilos en sus mansiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario