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La chica de la pamela.
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Lo pinté con ocasión de una
exposición sobre un libro de un gran escritor: El Aleph de Jorge Luis Borges.
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Veo que para pintar hay que
saber hasta de literatura.
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Claro. Hay que leer mucho y
estar al tanto de los movimientos literarios. No en vano pintar es una
actividad cultural.
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¡Madre! ¿Cuándo seré yo
pintora?
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Seguimos con el cuadro. Había
que leer el libro, que es un cuento breve y pintar lo que nos sugiriera. Trata
de una relación misteriosa con Beatriz, que tras su muerte le hace reflexionar
sobre el microcosmos infinito en la visión de un punto
luminoso en el sótano de su casa. Quien ve a través del Aleph,
después no puede sorprenderse de nada, porque en un instante lo habrá visto
todo. De ahí mi cuadro, la mujer (Beatriz) y el Aleph (círculo luminoso).
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¡Habrá que leerlo!
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Me encanta. Aunque ahora no
entiendas algunas cosas, más adelante, cuando seas mayor, te gustará.
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