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Este cuadro se lo quiero dedicar a
Joaquín Carbonell, el cantautor aragonés, recientemente fallecido, amigo de
Labordeta. Parafraseando lo que él decía, es muy fácil ser de Pekín, de
Estambul o de Madrid, más de Novallas no es cualquiera.
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¿Es Novallas?
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Como yo digo, es otra forma de
verlo, otra versión.
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Es inquietante ese círculo rojo del
cielo. Parece un platillo volante.
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¿Sabes que Novallas ganó un
concurso con el nombre más inquietante?
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Pues a mí no me inquieta.
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Y el cielo verde ¿qué os parece?
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No queda mal porque en todo el
cuadro predomina ese color. Pero claro, no tiene nada de realidad.
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Lo pinté con espátula. De ahí ese
aspecto de relieve en los trazos.
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Las casas parecen sacadas de un
belén.
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