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Estamos en primavera.
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Andaba yo paseando por el barrio y vi
este paisaje.
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Ya sería algo parecido.
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La realidad supera mil veces a la imagen
pintada por mí.
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De todas maneras el cuadro es bonito.
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¿Y esos árboles de color rosa?
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Estaban floreciendo y formaban un
contraste maravilloso. Por eso me paré a hacer la foto.
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Es una técnica de pinceladas cortas,
impresionista.
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Días después volví a pasar por allí y ya
no me sedujo tanto. El sol estaba más alto, los colores rosas no brillaban
tanto. En fin, como diría Heráclito, “nunca nos bañamos dos veces en las aguas
del mismo río”. El fundamento está en el cambio incesante. Yo vi ese paisaje
una vez y a la siguiente ya era otro.
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¡Qué filósofo!
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